sábado, julio 11, 2015

Cuatro poemas de Steffen Popp

Steffen Popp (Greifswald, Alemania, 1978), autor alemán. Los poemas fueron tomados de la página lyrikline.org y provienen de los libros Wie Alpen (kookbooks, 2004) y Kolonie zur Sonne (kookbooks, 2008), respectivamente. Los dos últimos poemas fueron publicados en la revista Luvina de la Universidad de Guadalajara en 2011. Popp publicó en 2014 Dickicht mit Reden und Augen, y en ese mismo año obtuvo el premio Peter Huchel.



El mar me habita, como luz una ciudad


Los balcones abiertos brillaban, islas en la periferia
el aire estancado en el suelo, un ferry que supongo dormía

recliné mi cabeza contra su fuselaje
encontré una corriente, el régimen de los ríos
bajo los puentes y en los túneles
los instrumentos
             cadenas de luz que se movían.

Estaba solo
con el agua en el puerto, agua que ahí desembarca
las grúas de carga sujetaron el continente
por sus orillas, al fondo se efectuaban
los mares.



Das Meer bewohnt mich, wie Licht eine Stadt


Die offenen Balkone leuchteten, Inseln am Stadtring
die Luft lag herum, eine Fähre, vermutlich schlief sie

ich legte meinen Kopf in ihren Rumpf 
fand eine Strömung, das Regime der Flüsse
unter den Brücken und in den Tunneln
die Instrumente
             Lichtketten, die sich bewegten.

Am Hafen
war ich allein mit dem Wasser, das dort an Land geht
Frachtkräne schienten den Kontinent
an seinen Rändern, im Hintergrund wirkten

die Meere. 


***

Este recuerdo termina en el mar


Das un paseo por la sal, viento de mar, elefantes de mar,
más tarde olvidé los nombres ocultos del oleaje
– tu andar a tientas por la arena, madera extinta
lo que el mar siempre expele bajo ventisca
aquí no eres tan sólo un amigo
un recuerdo proveniente de mi álbum dorado.

Lo que cae de las manos dará forma a la playa
desteñirá movimientos, gestos desfibrados en lo oscuro,
– la noche abre el cosmos de nuevo
luz artificial las estrellas, pero tienden otra vez
ejes de visión en tu cabeza, que ya no está ahí.

Partes de ahí con plantas extrañas, piedras
llevas a la tortuga hacia un azul filamento
— no puedo distinguir si es el mundo
en su hundirse, el que tira de esa red desde mi piel
o si es tan sólo un demonio perdido
un dinosaurio de plástico de los años de infancia.


Diese Erinnerung endet am Meer


Du gehst im Salz spazieren, Seewind, Seeelefanten
später vergaß ich die geheimen Namen der Brandung
– dein Tasten im Sand, gestorbenes Holz
was immer das Meer auswirft unter Witterungen
du bist hier nicht einfach ein Freund
eine Erinnerung aus meinem goldenen Album.

Was aus den Händen fällt wird den Strand bilden
Bewegungen verblassen, Gesten zerfasern im Dunkel
– Nacht öffnet noch einmal den Kosmos
die Sterne sind Kunstlicht, aber sie legen noch einmal
Blickachsen in deinen Kopf, der nicht da ist.

Du gehst davon mit seltenen Pflanzen, Steinen
führst die Schildkröte fort an einem blauen Faden
– ich kann nicht erkennen, ist es die Welt
in ihrem Sinken, die dieses Garn aus meiner Haut zieht
oder nur ein verlorener Dämon
ein Plastikreptil aus den Jahren der Kindheit.

***

Silvae (iluminado)

Brota la resina de los árboles, los bosques se levantan
como de costumbre, entumecidos y verdes
frente a mi ventana, y por doquier en la Tierra
donde no hay prados, ningún jardín,
                                    ninguna casa como la mía.

A veces un animal en el borde inferior de la hoja,
un blanco de tiro, con pocos
aciertos del año pasado –
                                                dos caballos vetustos
llevan leña de los árboles tirados por el viento, con la penumbra
llegan cazadores, se puede ver cómo iluminan

                                                sus tenis amarillos.


Silvae (gelichtet)

Das Harz läuft aus den Bäumen, wie gewohnt
stehen die Wälder, hölzern und grün
vor meinem Fenster, und überall auf der Erde
wo kein Feld ist, kein Garten
                            kein Haus wie das meine.

Manchmal ein Tier, an der Blattunterkante
eine rehbraune Schießscheibe mit wenigen
Treffern vom Vorjahr –
                                       zwei uralte Pferde
ziehn Holz aus dem Windbruch, mit der Dunkelheit
kommen die Jäger, man sieht ihre gelben
                                             Turnschuhe leuchten.

***

Escena de hotel, largo reposo

Alteza del corazón, neón y lento empaque de tales mercancías
– meditar como sea, permanecer despierto como sea –

así como el ambiente nos fascina, con su altura y su fondo
la tarde está llena de lenguaje, pero cojean las palabras

las plantas regeneran sus cuerpos, endurecidos y calmos,
caballos de Troya, en el cimiento de la ciudad reposamos

tan despierta, en su sueño, nuestra carne paciente
conversa con los ríos, las fugas de agua, la cercana bahía

piel vacilante, te hace feliz un breve sentimiento
los signos del sueño caen de mis años, como hojarasca

de árboles sinnúmero. Vayamos de viaje por agua,
por aire y por tierra, paremos en este hotel

largo tiempo. Nunca en las estrellas, nunca concluir,
en la música. Vuelan tu pulso y tu cabello.


Hotelsituation, langes Liegen

 
Herzhoheit, Neon und langsamer Umschlag dieser Waren
– irgendwie nachdenken, irgendwie wach bleiben –
 
wie das Milieu uns betört, in seinen Höhen und Tiefen
der Abend ist voll von Sprache, aber die Wörter lahmen
 
die Körper der Pflanzen regenerieren sich, hölzern und 
still, trojanische Pferde, liegen wir am Grund der Stadt 
 
so wach, in seinem Schlaf, unser geduldiges Fleisch 
kommuniziert mit den Flüssen. Kriechstrom, nahes Ufer
 
zögernde Haut, das kleine Gefühl macht dich glücklich
Traumzeichen lösen sich aus meinen Jahren wie Laub
 
maßloser Baumschnee. Lass uns jetzt lange verreisen
zu Wasser, zu Land und zu Luft, lass uns jetzt lange 
 
dieses Hotel nicht verlassen. Nie bei den Sternen, nie 
aufhören, in der Musik. Dein Puls, deine Haare fliegen.