jueves, marzo 27, 2014

Homeless en País Imaginario. Maurizio Medo

“La poesía, como decía Bernstein, desde el momento en que es capaz de abrir una vía de expresión está reformulando la representación de ciertos problemas que enfrentamos. Los vuelve a expresar, aún en contra de lo establecido por la tiranía idiomática.”


Maurizio Medo, autor de Manicomio, poeta “inclasificable”, según la crítica, en entrevista con Iliana Arcos.




País imaginario

Diriges una revista (www.transtierros.com), codiriges una colección de poesía con el mismo nombre en la editorial Ruido Blanco y recientemente editaste una antología, cuya primera versión causó varias controversias, hablo de  País imaginario, escrituras y transtextos. 1960-1979. ¿La crítica está quitándole lugar a la creación?

Supongamos que trabajas, ¿en qué trabajas?

Relaciones institucionales en una empresa de comunicaciones.

Yo no sé en qué consista un trabajo de relaciones institucionales más allá de lo que pueda estar implícito en el nombre de ese trabajo, que es algo evidente, pero sería realmente ingenuo si yo te preguntara si el dedicarte a ello te quita piso como cronista o reportera. Yo creo que con la crítica pasa algo similar que con lo que entendemos como relaciones institucionales. Su nombre despierta en nosotros diversas sospechas. Sin embargo su quehacer en sí, más ahora con la glocalización, implica una serie de tareas, antes no consideradas y, del mismo modo, algunas que se realizaban anteriormente ya no funcionan, no son necesarias, son inútiles. En ese sentido creo que la crítica –si la reducimos a dos de sus manifestaciones más tradicionales: el reseñismo para vernisages o la de especialidad para la confitura académica-  es algo que ya se degastó –de la mano de ciertos convencionalismos como “poema” o “novela. ¿Hago crítica? No lo sé. Más bien propicio diálogos, varios flujos de diálogos. Esta idea cobra mayor sentido si consideras que la mayoría de proyectos que mencionas son de carácter colectivo. Transtierros no podría existir sin sus colaboradores. Ellos son quienes producen esos diálogos y con ello generan cierto orden de pensamiento. Este orden se encuentran con otros –el de los lectores silenciosos- y en todo ese proceso hay una mediación y una forja críticas. Si digo propicio flujos de diálogo, más que cultivar cierto tipo tradicional de crítica, es porque mi perfomance, si has leído  alguna vez  la revista, está sobre todo en las entrevistas —odio cuando me las hacen, como ahora— pero cuando las formulo lo hago desde la convicción de estar produciendo objetos críticos.

¿Y País imaginario?

Hablaba de la naturaleza colectiva de los proyectos en los que me encuentro inmerso. Es cierto, País imaginario fue mi idea, y funcionó muy bien para una primera edición, si la “seriaba” se hubiera constituido, políticamente,  en el intento por oficializar un canon. No quería eso, nada más lejano. Por tal razón se convocó a Arteca, con quien compartimos una manera de pensar,  y a Del Pliego, con quien también compartimos ideas afines. Ellos enriquecieron la visión —y la versión— inicial, desde el momento en que esta se pluralizó a través, y otra vez, del diálogo. Pero País imaginario…. —seguro aparecerán más ediciones— no debe verse como una suma de las mismas. Sí de los autores, de un grupo de autores quienes, habiendo aparecido en su primera o su segunda edición, la idea es que en cada edición haya variaciones,  pertenecen a un mismo proyecto. Por cierto, el mismo, respecto de lo que inicialmente diseñé, está inacabado. País imaginario…. solo terminará por alcanzar cierto nivel y cierta dimensión significativas una vez que aparezca el segundo volumen, el cual recoge las poéticas de autores nacidos desde 1980 en adelante. Es el tiempo el que nos permite dilucidar la dimensión de ciertas escrituras reunidas ahora, además, como decimos, el HOY se escribe desde un campo cuya zona de influencia es intergeneracional.

¿Se está trabajando en la edición?

Yo sé que el libro, País imaginario… aparece algo tarde respecto de lo que se había previsto, pero, ¿pensar en la edición del segundo volumen cuando recién el inicial se ha publicado? Es algo cruel. Lo único que tengo claro, hablo a título personal, es lo que yo creo,  es que ni quien habla, ni Arteca, ni Del Pliego, creo, tendremos algo que ver, al menos no deberíamos. Me gustaría mucho que esta tarea la realice gente como Enrique Winter, Daniel Bencomo, Maricela Guerrero o Marcos Cantelli y que, al menos en mi mundo ideal, sea publicada en Ruido Blanco, como ocurrió antes. Por supuesto que esta declaración pretende involucrar a cada uno de los mencionados. Es totalmente alevosa y mal intencionada. A quien le cae el guante ojalá se lo chante.

Te refieres a País imaginario como un proyecto, en él, pasado el tiempo, ¿hay alguna ausencia que lamentar?

Sí, la de Silvio Mattoni, te lo digo sin tener dudas.

A muchos sorprende no encontrar a Ernesto Carrión y Germán Carrasco.

Sobre Carrión a mí me gustaría que él explique las razones por las cuales no aparece. ¿Carrasco? ¿Quién es Germán Carrasco?
¿Crees que el libro apenas apareció en Quito despertó controversias?
Debemos saber distinguir controversia del freak show y si hubo algo fue esto. Se trató de la pataleta de una mafia de plumetas que más tiene que ver con el poder que con la poesía. Solamente eso y el eco de los alaridos de un tal Ignacio Bajter, ¿quién es? No me interesa. No me priven del gusto de no saber quién es.


"Como escritor los títulos honoríficos que he merecido son 'inclasificable', 'desclasificado', 'outsider' y, por el estilo, varios parecidos. El único reconocimiento posible para un escritor es su soledad."





¿LOS PROYECTOS VS LA POESÍA?

¿Cuál es el papel que desempeña en la Colección de poesía Transtierros?

Eso es tan complicado como relativo. Mi ¿papel? básicamente se redujo a sugerir algunos autores y preparar una antología, la de Julián Herbert, un escritor que estimo muchísimo y, si es que lo aceptara el editor, a escribir el prólogo para el libro de Enrique Winter, más allá de eso, pues nada, se verá en el camino, si es que hubiera un camino.
¿Y estos proyectos son compatibles con su escritura?
No tienen un horario de oficina. No tengo que marcar tarjeta ni usar uniforme y menos, una lástima, ir al banco a cobrar cheques… Si un proyecto me quita libertad pasa algo muy simple: renuncio al mismo. Así se ha regido mi vida.


Definitivamente mi apuesta va por ahí, afuera de… por el borne… por el arcén y para ello no tengo el auspicio ni de la federación de los LANGUAGE, del sindicato neobarroco ni de los “experimentales”.


Me refería a la identificación con los mismos…

¿Quién hace algo con lo que no se “identifique”, si es que ese algo no cubre ninguna necesidad? Lo que hago no da para el frejol ni para agenciarse abrigo, ¿entonces no tiene valor? Tal vez no, de acuerdo a la dictadura del mercado, pero si tú crees en el valor de lo que haces según sus leyes –la oferta y la demanda, llevados a niveles paroxísticos- mejor dedícate al corretaje de bienes inmuebles. En casa hay muchísima dignidad y poco dinero pero, te lo aseguro, en muy pocas se tiene la paz que tenemos, otra cosa son las necesidades “capitales” que siempre generan un poco de ansiedad.

Pero le brindan al menos reconocimientos

¿Tú crees? Como escritor los títulos honoríficos que he merecido son “inclasificable”, “desclasificado”, “outsider” y, por el estilo, varios parecidos. Pasa que, incluso nosotros los que escribimos, nos comemos el cuento de que somos “figuras públicas” o “tenemos derecho a opinar”. Es falso. Cuanto más opinamos, declaramos o intervenimos en una vida pública que no tiene nada que ver con lo que hacemos más nos alejamos de nosotros, me está pasando ahora mismo. El único reconocimiento posible para un escritor es su soledad. ¿Para qué sirve, qué hago con eso? Hace poco lo dije en un artículo, solo “sirve para dedicarse a la búsqueda de la escritura como una construcción surgida desde “afuera” del lenguaje pero que consigue generar un cierto tipo de funcionamiento “dentro” del mismo. Uno que obra de modo tal que la palabra recupera su condición de “productora de sentido” y es capaz de traducir objetos reales a través de su precisión. Apostar por ello exige situarse al límite del lenguaje, casi a la salida de lo dictado por el territorio de la lengua y, muy probablemente, tener que convivir con la nada, perdidos en el “territorio de lo indecible”.

Algunos ven tanto en País imaginario. Escrituras y transtextos. 1960-1979 como en su libro Homeless’s hotel cierto tizne político.

¿Tizne? ¡Son completamente políticos¡ La poesía, como decía Bernstein, desde el momento en que es capaz de abrir una vía de expresión está reformulando la representación de ciertos problemas que enfrentamos. Los vuelve a expresar, aún en contra de lo establecido por la tiranía idiomática. La poesía escribe contra ese idioma, es su deber. Si la poesía queda como cierto ensayo de respuesta frente a un ideal estético es una caricatura. Vivimos en la incertidumbre y hablamos desde la incertidumbre. Nuestro único límite y nuestra única realidad es aquello en lo que creemos, llámalo ética, no fantasía. El resto de asuntos son relatividades. Ahora es peligroso andar por ahí llamando a todo lo que se escribe como “poesía” y relacionar esto con ese objeto roto que es el poema. Quien escribe, quien verdaderamente escribe poesía hoy lo hace desde la conciencia que ya no lo avala un contenedor para expresar, ensayar o reformular cierto modo de expresión en su escritura. El trabajo hoy es mucho más artesanal. Exige 3D. Se debe construir  también el receptáculo, ¿no? En lo que a mí concierne, hablando del Homeless’s hotel me he sentido tentado a considerarlo más próximo a la no ficción que a la poesía.

En diversos artículos los comentarios lo catalogan como “máquina”, “territorio”, “escritura hablada”, “puesta en duda de los géneros”, ¿qué es el Homeless’s hotel”?


Todo lo que señalas. Pero el Homeless’s no ha concluido aún, es un WIP, incluso hay que limpiar erratas.  Si bien me parecen boutades las obras de escritores en ciernes quienes arriesgan con un volumen de 1000 o 1500 páginas, creo que en Homeless’s aún hay bastante para decir aún. Desde un principio señalé que el libro tenía esta naturaleza. El que estoy trabajando actualmente, y que no tiene título, sigue ese mismo derrotero a través de un camino (un modo de expresión y una melopeia) distinto. Son ensayos que, en su constitución, exploran zonas de lenguaje, todas intermedias entre el habla y el ruido e intentan formular modos de expresión  y transmisión de los mismos. Definitivamente mi apuesta va por ahí, afuera de… por el borne… por el arcén y para ello no tengo el auspicio ni de la federación de los LANGUAGE, del sindicato neobarroco ni de los “experimentales”. Solo, en todo caso,  el apoyo del joven fotógrafo David Kattan  a través de su trabajo visual  con algunas transducciones y un par de textos de escritores invitados, serán una sorpresa. Punto. No sé cuánto me lleve concluir con este proyecto, estamos en ello.

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