De vuelta al Cactus
Por fin retomo el quehacer en este blog, que estaba varado en algún hueco ratonil de la memoria, que ahora, producto de una limpieza pre-primaveral, ha vuelto a mi conciencia y a la lista de placeres-obligados. Regresan las palabras a este espacio, no tan frescas, más bien cernidas en el tamiz de lecturas cioranescas y quevedianas, que le dejan a uno la planta del pie y la quijada maltrechas.
Pero el humor, ¡oh! el presentimiento primaveral, y ese viento de marzo que, como buril nos afila el rostro y nos vuelve el temple a la sangre. Los primeros vapores de la mañana ya no causan una punzada al interior de la columna vertebral, más bien revitalizan el cuerpo a su paso por las fosas nasales.
Bien, a mediados de este marzo de este 2006, se reabre este frente verbal contra el mutismo del desierto. Traigan sus borreguitos gramaticales a pastar la poca yerba que crece, por ahora, en él.
¡Si quieren traigan peyote y reforestemos algún sueño!