
OCTAVIO PAZ TRADUCIDO POR OCTAVIO PAZ
Un eco solo. Reflejo en estampida,
abre el aquelarre entre la carne y voz.
La ceniza de la fiesta es el coto de caza,
se busca un guiño igual para atar en palabra:
mas todo es movimiento, filo sin mella,
rayo imposible de fijar.
Desde la húmeda oquedad de los primeros:
(el hombre enfermo del aliento del ave,
rostro de ave,
caligrafía,
Galimatías,
del mareo que brota de la víscera bisonte)
Lascaux,
las cosas nacen para hincharse de la muerte,
la letra es resina testigo del proceso.
Ésa es la raíz de la palabra: el cuerpo,
la tensión ceñida del laúd que nos devana,
muslo y gesto,
musgo y signo:
humus de hombre al invocar homofonía.
La voz apareada con la voz:
traer el canto primero, por el camino boscoso,
de la ciudad a las naves,
de la quilla al pulmón de la tormenta,
a la única guerra que debe celebrarse:
la del fuego enfrentando su reflejo incombustible.
Quien traduce amamanta mil fantasmas.
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